Existen infinidades de razones por las cuales personas como nosotros querrían quejarse de algo que en la cotidianidad de su comunidad vieran o vivieran. Debemos admitir que nuestro sentido “crítico” de ver la vida, nos ha significado convertirnos paulatinamente en sujetos inconformes y en algunos casos conflictivos ante algunas circunstancias; pero como dicen por allí…¿Que mas da?…¡Benditos sean todas las posibilidades que existen en la actualidad para que estas almas pecadoras y poco ortodoxas puedan manifestarse!…Bendito sea Calle Shortbus.
Resulta pasa y acontece, que el pasado sábado 31 de enero, un par de amigos y yo quisimos disfrutar con un mas amplio grado de libertad, nuestra identidad y nuestro deseo de compartir en pareja y sin que fuéramos víctimas de burlas o linchamientos una noche de rumba, por lo que decidimos acercarnos a uno de los tres únicos lugares medianamente decentes que se pueden encontrar en la ciudad Heroica. Estando frente al lugar en cuestión (el que tiene nombre de casa de modas y se disfraza de Corporación) preguntamos por el valor del cover. Oh sorpresa fue oír la respuesta que el Seudo portero ante nuestro interesado cuestionamiento atendió.
-Son $25.000… no consumibles.-OH my god!!!! Fue lo primero que se me pasó por la cabeza…
Much@s de ustedes aceptaran y verán que el precio pedido por “Corfaclub” no excede el límite de lo que podría considerarse prudente, eso si, si lo vemos desde los ojos de turistas con bolsillos llenos de Euros y Dólares, y desde el punto de vista que el capitalismo de consumo nos vende a través del consumismo banal y exagerado.No todos tenemos la capacidad de los extranjeros, de pagar covers por doquier, y además regalar trago a tutti plen.
Si lo que me van a argumentar tiene que ver con el tipo de personas que con esta medida se abstendría de entrar al lugar, lo creemos; pero existirán otr@s, como nosotros, que aún teniendo los devaluados $25.000 colombianos, se abstendrían de pagarlos.
Señores Coofraclub, no abusen de la generosidad con la que la comunidad LGBT los ha tratado estos dos últimos años, si se sentaran a hacer un estudio serio de mercadeo, se darían cuenta que el 90% de las personas que frecuentan habitualmente su establecimiento no supera los estratos 2 y 3, debido a que los demás estratos, prefieren viajar a otras ciudades y pagar un cover similar en un establecimiento de mejor calidad.

http://www.theatrondepelicula.com/eventos.htm (entren al link y descubran un ejemplo de lo que les hablamos)

Creemos que la idea no debería ser, pretender enriquecerse mediante precios exagerados y poco incluyentes, y mucho menos hacer una discriminación social a través de estas medidas tan plásticas. Fácilmente podría creerse que las personas que frecuentan su establecimiento son pudientes, de estratos altos y que van por la exclusividad del sitio. Pero permítanos decirles que el cuadro está pintado con los colores que ustedes no se esperaban.
Desafortunadamente la comunidad a la cual pertenecemos banaliza su existencia pretendiendo parecer y actuar como algo que difiere infinitamente con sus posibilidades económicas y sociales. Si señores, por si no lo habían notado, muchos, para no decir la mayoría de las personas que asisten cada fin de semana religiosamente a su establecimiento, espera hasta las 4 de la mañana la salida, y no precisamente por el deseo de acompañarlos hasta el amanecer, sino para esperar el primer microbús que los lleve hasta su morada en los sur occidente y oriente de la ciudad.
Y como dije en un principio… Bendito sea Calle Shortbus